martes, 24 de mayo de 2011

The Void

Un instante después todo estuvo negro. Parecía que la explosión hubiese deshecho la realidad en sí y una profunda nada era lo único que se podía ver, aunque realmente era eso lo que se veía, nada. Estiró su mano en busca de algo. Algo en medio de nada. Algún ser al que aferrarse… nada. Movió su mano hacia la izquierda, muy despacio, muy lentamente. Sus dedos se agitaban. Ya no sabía si tenía los ojos abiertos o cerrados. O quizás ni siquiera tenía ojos, quizás estos se habían marchado en la explosión, junto con el resto de la realidad. Siguió girando su cuerpo, buscando algo, con la mano extendida. Y entonces halló algo. Sintió que sus dedos rozaban una figura que le resultaba familiar. Estaba caliente y suave. Se movía, estaba viva. La aferró con fuerza y descubrió que era una mano. Una mano de piel suave y cálida. El corazón le empezó a latir salvajemente, y así descubrió que este seguía en su pecho, que no había desaparecido aún. Tomó la mano con las suyas. Y otra mano se unió mientras las otras tres se estrechaban entre si y se acariciaban. Decidió investigar que había más allá de las manos, y deslizó las suyas hacia arriba y encontró unos brazos, y después un cuello, y después una cabeza con una cara y unos ojos y una boca que besó desesperadamente. Y se abrazaron. Los dos seres en mitad de la oscura nada. En mitad de la muerte. En mitad de la espiral de dolor que poco a poco iba deshaciéndose. Y entonces supo que había tenido los ojos abiertos, pues los cerró fuertemente en el beso.

lunes, 8 de noviembre de 2010

La Dama Negra


La dama vestía de negro, la larga falda le tapaba los pies y un corpiño de terciopelo se le ceñía al torso. Una capa igual de oscura y aterciopelada le caía por detrás de los hombros, los cuales dejaba al descubierto el vestido escotado, solo cubrían sus brazos un par de brazaletes a los que unas piezas de seda negra iban unidas. Estas caían rozando su piel, casi llegando al estirar las extremidades hasta el bajo del vestido. Lucía un collar de plata que había sido trabajada con maestría por el mejor artesano del reino de Althanor, formando unas florituras espléndidas y en el centro de la joya brillaba una piedra negra. Llevaba también numerosos anillos en sus delgados dedos, todos de plata con piedras preciosas.
Sus cabellos caían como una cascada de azabache por sus hombros, liso y suave como ninguno. En su frente había colocado una tiara hecha de finos hilos de plata que se trenzaban sobre su cabeza, contrastando con la oscuridad de su cabello.
Su piel era tersa y lisa, sin una sola impureza, suave debido al intensivo cuidado que le daba. Su piel era oscura, del color del chocolate, no tan negra como su cabello, o su vestido, sino de tono tostado y brillante. Sus rasgos relucían a la luz del Astro.
Sus facciones eran suaves, limpias, tenía un rostro muy agradable, pero siempre serio, era prácticamente imposible sonsacarle una sonrisa a aquella dama negra. Su nariz perfecta, recta y del tamaño adecuado, sus labios rojos como la sangre que los llenaba, su cuello erguido, largo y siempre bien estirado, delgado y tremendamente elegante. Y sus ojos, aquellos ojos terribles. Esos ojos fríos, muertos. Quizás la belleza de aquella dama habría resultado cálida si no hubiese sido por aquellos ojos. Unos ojos completamente blancos. Sin el color que normalmente adorna las esferas blancas y rodean la pupila, ella, poseía unos ojos vacíos, blancos, muertos. Como si ni una gota de sangre la recorriera por dentro. Sin embargo ella vivía en nuestro mundo, el mundo de los vivos, ella era la Dama Negra, ella existía a pesar de que en sus ojos no se veía atisbo de vitalidad.
Y es que la Dama Negra no era como los demás. No era un hada, no era un troll, no era una ninfa ni un súcubo. No era elfa, ni barck, ni hechicera. La Dama Negra era un ser único, inigualable, cuya oscuridad la hacía especial. 

jueves, 30 de septiembre de 2010

Saquen sus propias conclusiones.

Triste historia con bello inicio. Nacistes en libertad, feliz, junto a tu familia, en un buen lugar donde eras tratado de maravilla, como un rey, como el más noble ser de la faz de la tierra. No conocías nada más allá de tu bonita casa, de tu bonita familia y de tu perfecta vida. Libre y feliz. ¿Qué más podrías pedir?
Un día conocistes a un bella dama que te miraba desde su ventana, una hermosa mujer que deseabas hacer tuya. Y así lo hicistes, dejastes de ser un niño para convertirte en hombre, y tener tus propios niños. Unos maravillosos años que acabaron el día que ellos te cogieron. Te encerraron en una habitación con luces blancas donde muchos enfermeros con batas verdes hablaban sobre tí, pero en un idioma extraño. Una enorme aguja era sostenida por las manos enfundadas en guantes de latex de un hombre. La aguja se acercaba a tí, aunque tú tratabas de alejarte de ella, buscando escapatoria. Se introdujo en tu piel produciendote un terrible dolor, un insoportable sufrimiento que hizo tu corazón arder.
A partir de ese momento sentistes que tu vida iba a acabar. Que poco a poco se acercaba tu final. Aquella maldita droga te estaba quitando las ganas de vivir, pero en cambio te probocaba una asquerosa hambre de sangre. Tu mujer y los niños sufrieron tu ira, esa ira de plástico que te habían metido en vena. Esa ira ajena, que no era tuya, pero que tú utilizabas contra aquellos que un día amastes, y digo amastes, pues el amor no era entonces un sentimiento que tu alma sucia puediera asimilar.
Te quedastes solo. Con el odio metido en las venas y la soledad atormentando tus escasas neuronas cuerdas, el resto ya no contaban, solo funcionaban con la adrenalina de matar.
Entonces llegó el día que aquellos a los que pertenecía tu destino tenían marcado con una cruz en sus calendarios.
Unos hombres con máscaras te agarraron por los brazos. Tú tratabas de resistirte, pero eran muchos, y podían contra tus mordiscos y golpes.
La cabina del camión donde te metieron estaba oscura, no había ningún tipo de respiradero, unicamente las rendijas de la puerta. Olía a orines y a cerrado. Y tú estabas ahí, muerto de miedo y de rabia, o eso te hubiese gustado, estar muerto, pues lo peor estaba por llegar.
Cuando el vehículo paró te preparastes para arremeter contra lo que se te pusiera delante en cuanto habrieran las puertas. Pero entonces solo vistes otro cuarto tan oscuro como el del que salías, ni siquiera llegastes a ver la luz del Sol.
Tres días con sus tres respectivas noches sin ver nada más allá de ese oscuro zulo donde os amontonabais tú y tus fantasmas. Recuerdos manchados de odio. La sangre se atascaba en tus venas, no corría correctamente, podías notar como el autodesprecio que sentías la hacía coagular dentro de tí.
Pero esos tres días acabaron, esos tres días y esos años de vida.
Un Sol deslumbrante y gritos cuando desesperado salistes buscando la luz a un recinto de muros redondos, donde desde arriba cientos de personas hablaban, reían y te miraban con indiferencia.
Un hombre bien vestido te miraba con superioridad y pose extraña desde el centro del recinto. Tú le ignorabas, querías salir y buscabas una puerta, una escapatoria, rodeando el recinto. Diste un par de vueltas, cuando viste que el tipo se te acercaba con actitud desafiante. Llevaba una navaja en la mano. No entendías nada. Te llamóy tu rabia te obligó a ir. Te acercaste y le encaraste con ira, pero tus manos desnudas no pudieron contra su arma cortante. Te hirió en la cara y gritaste. Escuchaste una ovación de fondo. La sangre escurría por tu cara, y parecía que eso les gustaba a todos aquellos que miranban desde lo alto. No podías creerlo. Era indignante y arremetiste de nuevo, esta vez la navajada fue a los riñones. Caíste al suelo mientras notabas como el color rojo que teñía tu cara por la furia se iba convirtiendo en pálido. Pero no podías parar. Te acercaste, más puñaladas que te devilitaban. Tu cuerpo, con las ropas sucias y rasgadas chorreaba sangre. Tus ojos se tiñeron de rojo. Notabas tus venas vaciándose poco a poco.
Entonces el hombre se alejó hacia el público. Tú estabas tan cansado que no podías ya correr hacia él. Esperastes, deseoso de que el martirio terminara, realmente queriendo morir desangrado, y poder dejar de sufrir. Efectivamente, el martirio estaba a punto de terminar. El tipo había cogido una espada. Sentiste en tus ojos el reflejo del sol en su hoja perfecta. Casi pudiste oir el sonido del filo cortando el aire. El tipo se acercó a ti, y tú a él. Utilizastes tus últimas fuerzas para poder morir con dignidad. Tu cuerno rasgó su traje justo antes de que el acero se introdujera en tu espalda. Y una lágrima corrió por tu mejilla.



Saquen sus propias conclusiones.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Civil war





"What we've got here is failure to
communicate.
Some men you just can't reach...
So, you get what we had here last week,
which is the way he wants it!
Well, he gets it!
N' I don't like it any more than you men."
Look at your young men fighting
Look at your women crying
Look at your young men dying
The way they've always done before
Look at the hate we're breeding
Look at the fear we're feeding
Look at the lives we're leading
The way we've always done before
My hands are tied
The billions shift from side to side
And the wars go on with brainwashed pride
For the love of God and our human rights
And all these things are swept aside
By bloody hands time can't deny
And are washed away by your genocide
And history hides the lies of our civil wars
D'you wear a black armband
When they shot the man
Who said "Peace could last forever"
And in my first memories
They shot Kennedy
I went numb when I learned to see
So I never fell for Vietnam
We got the wall of D.C. to remind us all
That you can't trust freedom
When it's not in your hands
When everybody's fightin'
For their promised land
And
I don't need your civil war
It feeds the rich while it buries the poor
Your power hungry sellin' soldiers
In a human grocery store
Ain't that fresh
I don't need your civil war
Look at the shoes your filling
Look at the blood we're spilling
Look at the world we're killing
The way we've always done before
Look in the doubt we've wallowed
Look at the leaders we've followed
Look at the lies we've swallowed
And I don't want to hear no more
My hands are tied
For all I've seen has changed my mind
But still the wars go on as the years go by
With no love of God or human rights
'Cause all these dreams are swept aside
By bloody hands of the hypnotized
Who carry the cross of homicide
And history bears the scars of our civil wars
"WE PRACTICE SELECTIVE ANNIHILATION OF MAYORS AND GOVERNMENT OFFICIALS
FOR EXAMPLE TO CREATE A VACUUM
THEN WE FILL THAT VACUUM
AS POPULAR WAR ADVANCES
PEACE IS CLOSER" **

I don't need your civil war
It feeds the rich while it buries the poor
Your power hungry sellin' soldiers
In a human grocery store
Ain't that fresh
And I don't need your civil war
I don't need your civil war
I don't need your civil war
Your power hungry sellin' soldiers
In a human grocery store
Ain't that fresh
I don't need your civil war
I don't need one more war
I don't need one more war
Whaz so civil 'bout war anyway



. TRADUCCION



(Guerra Civil)



Lo que tenemos aquí es el fracaso de la comunicación
hombres a los que no se puede llegar . . .
así que tenemos lo que tuvimos la semana pasada
¡ porque así lo quiere él !
¡ bueno, así será !
a mi no me gusta más que a ti
mira a tus jóvenes peleando
mira a tus mujeres llorando
mira a tus jóvenes muriendo
como siempre antes lo han hecho
mira el odio que estamos sembrando
mira el miedo que estamos alimentando
mira las vidas que estamos llevando
como siempre lo hemos hecho antes
mis manos están atadas
los millones pasan de mano en mano
y las guerras continúan con orgullo de lavado de cerebro
por el amor de Dios y los derechos humanos
y todas estas cosas son barridas
por manos sangrientas que el tiempo no puede negar
y las lava tu genocidio
mientras la historia esconde las mentiras de nuestras guerras civiles
llevas una banda negra en tu brazo
cuando mataron al hombre
quién dijo que la paz puede durar para siempre
y en mis primeros recuerdos
mataron a Kennedy
y me quedé insensible cuando aprendí a ver
así que nunca caí con lo de Viet-Nam
tenemos el muro de D.C. para recordar a todos
que no se puede confiar en la libertad
cuando no está en tus manos
cuando todos están peleando
por su tierra prometida, y
no necesito tu guerra civil
alimenta al rico y entierra al pobre
hambriento de poder vendiendo soldados
en el mercado humano
¿no está bien fresco?
no necesito tu guerra civil
mira los zapatos que estás calzando
mira la sangre que estamos derramando
mira el mundo que estamos asesinando
como siempre lo hemos hecho antes
mira la duda en que nos hemos enterrado
mira a los líderes que hemos seguido
mira las mentiras que hemos tragado
y no quiero escuchar más
mis manos están atadas
porque todo lo que he visto
me ha hecho cambiar de opinión
pero las guerras continúan con el correr de los años
sin amor de Dios o derechos humanos
porque todos estos sueños son barridos
por las manos sangrientas de los himnotizados
que llevan la cruz del homicidio
y la historia lleva las cicatrices
de nuestras guerras civiles
"practicamos aniquilamiento selectivo de alcaldes
y personas de gobierno
por ejemplo, crear un vacío
luego llenamos ese vacío
a medida que avanza la guerra popular
la paz está más cerca
no necesito tu guerra civil
alimenta al rico y entierra al pobre
hambriento de poder vendiendo soldados
en el mercado humano
¿no está bien fresco?

y no necesito tu guerra civil
no necesito tu guerra civil
no necesito tu guerra civil
hambriento de poder vendiendo soldados
en el mercado humano
¿no está bien fresco?
no necesito tu guerra civil
no necesito una guerra más
no necesito una guerra más
(como borracho)
¿y de qué se trata la guerra civil?




Una guerra, la mayor exposición de la estupidez humana que se puede llegar a ver. Masacres porducidas por un absurdo odio. Un odio que lleva a personas a matar. ¿Qué clase de sentimiento puede llevar a esto? ¿Qué motivación puede tener un hombre para matar a mujeres y niños sin remordimientos, sin mirar a quien, solo disparar? ¿En nombre de qué?
En nombre de la patria. En nombre del absurdo nacionalismo. Pues, ¿qué otra razón puede haber? MATAS en nombre de tu país, un país civilizado donde puedes comer tres veces al día, donde tienes medicamentos a tu alcance, donde vives en una casa preciosa con tu mujer tus hijos y tu tele de plasma frente al sofá. Y tu vienes aquí a deshacerte de una miserable vida, de alguien que ni siquiera sabe porque está donde está, justo al otro lado de tu rifle. Y disparas, con la conciencia tranquila, pues él es una rata rastrera, porque eso te han dicho la gente de tu país. ¡¡De tu maldita patria!!  Eso es lo que eres el verdugo de tu patria. Arriesgas tu vida en nombre de un sentimiento abstracto, en nombre de una tribialidad como es el lugar en el que nacemos. Y ahí estás, orgulloso, luciendo tu bandera en el pecho, con las manos llenas de sangre.
Eso eres, nada más que eso...
Una guerra es simplemente eso. Muerte, destrucción, dolor y tristeza. Una amenaza que sirve para llenar de dinero las manos de los que desde su despacho dan órdenes. Horror, miedo, torturas y masacres. Mientras desde lejos la gente lo ve todo desde su sillón. Desde lejos, sin intervenir...
Esto es lo que somos, en esto nos hemos convertido. Siglo XXI. Y así seguimos...

martes, 31 de agosto de 2010

El laberinto

La vida, es un laberinto de caminos cambiantes. Un instante basta, con un segundo en el que no mires todo se habrá movido, y ya nada será igual que cuando aun vigilabas. El día sustituye a la noche al alba y en el crepúsculo la Luna se merienda al Sol. Un día estás enamorado y al día siguiente todo se acabó, y ya no tienes nada. Sales de tu casa con dinero en el bolsillo y un atracador te lo quita todo, y ya está, no hay más. No puedes hacer nada. Un laberinto, pero un laberinto que tarda en resolverse toda una vida. Puedes hacer trampa, pagarte un jet privado y sobrevolarlo para encontrar el camino más fácil. Puedes hacer un agujero através de los setos y llegar antes que nadie. Puedes rendirte a medias y abandonarte sin más. O puedes caminar, sin un rumbo fijo, dejando que el corazón te guíe por las callejas del destino, torciendo en cada curva sin saber que encontrarás detrás, solo con la esperanza de que algún día llegarás al final. Ese final que es el mismo para todos, para los buenos y para los malos.


Monstruos horripilantes protegen el laberinto, dudas de diez cabezas, miedos con garras afiladas y dolor con una lengua bífida que te arrancará el corazón millones de veces. Pero en este laberinto habitan también las más bellas criaturas, amistad con alas de ángel, familia con suave piel que abrazar y amor… El amor. La más extraña de las aventuras de la vida. Ese ser que hace que todo sea tan bello, tan sencillo. Hace que sientas que tienes un mundo solo para ti, y que eres el mundo para alguien. Esa criatura de las tinieblas que salió a flote en un mar de lágrimas, que hace tan feliz como desdichado. Sin duda alguna la bestia más maravillosa del laberinto, la que más cuesta abandonar en los recodos del camino. La que más se tarda en olvidar, la que más se echa de menos y la que más se odia cuando el dolor la sustituye.

Caminos cambiantes, caminos con vida propia. Ellos deciden a donde vas, ellos eligen por ti. La libertad es un mito, todos somos esclavos de nosotros mismos.

Un día llegaremos al final del laberinto. Todos lo haremos, antes o después, pues nada es infinito salvo el universo y la estupidez humana, como dijo un sabio hace algún tiempo. Y entonces seremos libres. Entonces no seremos víctimas del destino. Entonces la negrura nos tragará y ya no habrá mañana. Solo una nada profunda. Y etéreos vagaremos por la eternidad como nubes sobrevuelan el laberinto, sumergidas en un cielo sin límites.

domingo, 29 de agosto de 2010

Me presento


Anoche estaba pensando, antes de irme a dormir, en la cantidad de ideas que se quedan encerradas en las paredes de nuestra mente. Teorías perfectas o ideas sin igual, maravillas que solo pueden surgir de la mente humana, y ahí se quedan, encarceladas en esos laberintos de neuronas que pueblan nuestra cabeza. Anoche decidí finalmente que trataría de reflejar todas estas ideas, unas mejores que otras, algunas incluso estúpidas, pero al fin y al cabo, nunca hay que dejarlas escapar, pues nunca sabes si algún loco querrá escucharlas, entenderlas y apoyarlas. Hoy estoy sentada frente a la pantalla del ordenador, con música que me envuelve y los segundos corriendo a mi alrededor. Se me ocurren millones de cosas de las que quiero hablar aquí; música, sociedad, noticias, pintura, deportes, actualidad, teorías, filosofía. Desde mis 15 años de experiencia, no muchos, pero tampoco pocos hablaré de mi interior, de mi exterior y de todo aquello que me rodea, buscando siempre formar en palabras mis ideas. En esta etapa de mi vida aun estoy formandome, tomando de aquí y de allá distintas opiniones e historias que analizo en mi cerebro y a las que voy dando forma, por lo que me disculpo anticipadamente por si en algún momento no soy clara, o me contradigo a mi misma, pues no estoy segura todavía de mi opinión sobre el mundo.
En fin, me presento como una persona que observa a su alrededor, escucha y piensa. Saco conclusiones e intento darles un sentido en mi mente. Quiero con esto sacarlas de ese cajón oscuro que sujeto con los hombros. Solo eso, una espectadora de la realidad.
Nos vemos en otro momento, cuando la inspiración fluya por mi y tenga un ordenador a mano.