Monstruos horripilantes protegen el laberinto, dudas de diez cabezas, miedos con garras afiladas y dolor con una lengua bífida que te arrancará el corazón millones de veces. Pero en este laberinto habitan también las más bellas criaturas, amistad con alas de ángel, familia con suave piel que abrazar y amor… El amor. La más extraña de las aventuras de la vida. Ese ser que hace que todo sea tan bello, tan sencillo. Hace que sientas que tienes un mundo solo para ti, y que eres el mundo para alguien. Esa criatura de las tinieblas que salió a flote en un mar de lágrimas, que hace tan feliz como desdichado. Sin duda alguna la bestia más maravillosa del laberinto, la que más cuesta abandonar en los recodos del camino. La que más se tarda en olvidar, la que más se echa de menos y la que más se odia cuando el dolor la sustituye.
Caminos cambiantes, caminos con vida propia. Ellos deciden a donde vas, ellos eligen por ti. La libertad es un mito, todos somos esclavos de nosotros mismos.
Un día llegaremos al final del laberinto. Todos lo haremos, antes o después, pues nada es infinito salvo el universo y la estupidez humana, como dijo un sabio hace algún tiempo. Y entonces seremos libres. Entonces no seremos víctimas del destino. Entonces la negrura nos tragará y ya no habrá mañana. Solo una nada profunda. Y etéreos vagaremos por la eternidad como nubes sobrevuelan el laberinto, sumergidas en un cielo sin límites.
elenaaaaaaa!! soy antonioo, el amigo de rustiin!! he visto tu blog y me encanta! esta interesante, pero sobretodo me ha llamado la atencion como se llama tu segunda entrada. Hace poco publique una con el mismo titulo, aunque no es igual... si te quieres pasar y echar un vistazo, encantado!
ResponderEliminarun abrazooo, Antonio :)